
El verano nos regala días largos, encuentros con familia y amigos, escapadas y momentos de descanso. Pero llega septiembre y, de repente, sentimos que todo vuelve a la normalidad: rutinas, menos horas de luz y, a veces, una sensación de bajón que nos acompaña en la llamada “depresión post-vacacional”.
En personas mayores de 60 años este sentimiento puede ser más evidente, porque septiembre también puede coincidir con la vuelta a la soledad tras pasar tiempo con los hijos o nietos durante el verano. La buena noticia es que hay formas sencillas y muy eficaces de vivir este mes con ilusión y motivación.
Sentirse algo apagado después del verano es normal, y darse cuenta que es algo frecuente es el primer paso para afrontarlo.
Consejos prácticos para mantener la motivación
1. Establece pequeñas metas
No hace falta plantearse grandes proyectos. Algo tan simple como proponerte caminar tres veces por semana, leer un nuevo libro o empezar un hobby mantiene la mente activa y con propósito.
2. Mantén rutinas agradables
Levántate y acuéstate a la misma hora, dedica un momento a cuidarte (un desayuno completo, una ducha tranquila, un paseo). La regularidad aporta seguridad emocional.
3. Socializa aunque no te apetezca
Salir a tomar un café con un amigo, apuntarte a una asociación o participar en un taller municipal. Hablar y compartir son grandes aliados contra la tristeza.
4. Aprovecha la luz natural
Septiembre aún ofrece horas de sol. Sal a la calle por la mañana o al mediodía; la exposición a la luz regula tu reloj interno y mejora tu estado de ánimo.
5. Cultiva la gratitud
Al final del día, piensa en tres cosas sencillas que te hayan hecho sentir bien (una llamada, una sonrisa, un paseo). Esto entrena a tu mente a fijarse en lo positivo.
Piensa en septiembre no como un final, sino como un nuevo comienzo: el mes en que puedes reinventar rutinas, dedicarte más tiempo y seguir cuidando tu bienestar.
No importa la estación, lo que importa es la ilusión que pongas en cada día.
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