octubre 16, 2025

Revista V+65

El magacine para +65

El arte de no preocuparse por lo que no podemos controlar

Con la llegada del otoño, los días más cortos y la rutina más tranquila, aunque resulte curioso tenemos más tiempo «para pensar», quizá eso también es un motivo más de las conocidas depresiones o astenias otoñales. Muchas personas sienten que la mente se les llena de pensamientos: “¿y si me pasa esto?”, “¿y si no puedo con aquello?”, “¿y si…?”. Las preocupaciones se cuelan poco a poco hasta parecer inevitables. Pero la buena noticia es que aprender a soltar lo que no podemos controlar no solo es posible, sino que además es un auténtico acto de salud mental y bienestar.

¿Por qué nos cuesta tanto dejar de preocuparnos?

Con los años acumulamos experiencias, responsabilidades y también miedos. Nos preocupamos por los hijos, por la salud, por el futuro… Sin embargo, curiosamente la mayoría de esas preocupaciones nunca llegan a hacerse realidad. Lo que sí provocan es cansancio mental, tensión muscular y una sensación de estar siempre en alerta.

El primer paso es reconocer que la preocupación no cambia los hechos, solo desgasta nuestra energía. Cuando aceptamos eso, empezamos a recuperar el control sobre nosotros mismos.

Distinguir lo que puedes y lo que no puedes controlar

Haz la siguiente prueba: piensa en algo que te preocupa hoy. Luego pregúntate:

  • ¿Depende realmente de mí?
  • ¿Puedo hacer algo hoy mismo para mejorarlo?

Si la respuesta es , pasa a la acción. Si la respuesta es no, practica el arte de soltar: acepta que hay cosas que simplemente ocurren y que tu serenidad vale más que cualquier intento por controlarlas.

Técnicas sencillas para calmar la mente

  1. Respira profundo. Inspira por la nariz contando hasta cuatro, mantén el aire dos segundos y suéltalo lentamente por la boca. Hazlo tres veces seguidas, varias veces al día.
  2. Haz una pausa mental. Si notas que estás dando vueltas a un mismo pensamiento, di en voz alta: “Esto no está pasando ahora”. Es una manera de recordarte que tu mente viaja al futuro, y tú estás en el presente.
  3. Camina o haz alguna tarea ligera. Pasear, regar las plantas o cocinar ayuda a enfocar la mente y liberar tensión acumulada.
  4. Habla o escribe lo que sientes. Compartirlo o escribirlo en un cuaderno te ayudará a ver las cosas con más claridad.

El poder del presente

La preocupación vive en el futuro, pero la vida solo ocurre en el presente. Aceptar esto nos devuelve el poder sobre nuestros pensamientos. Disfrutar de una conversación, saborear el café de la mañana o mirar el atardecer puede parecer simple, pero son actos que anclan nuestra mente al momento real.

Ten en cuenta que, soltar no significa rendirse. Significa confiar: en ti, en la vida y en tu capacidad de adaptarte.
Cuando dejamos de pelear contra lo que no depende de nosotros, recuperamos algo precioso: la paz interior.

Así que esta semana, cuando notes que un pensamiento te ronda, respira, sonríe y repite:
“Esto no está en mis manos… pero mi calma sí lo está.”

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