
Seguro que tienes una baraja española por casa. Entonces tienes entre manos una fuente inagotable de entretenimiento y a prueba de apagón!. Hoy te cuento sobre tres juegos sencillos y divertidos que puedes jugar tú solo, perfectos para pasar el rato, entrenar la mente y mantener la agilidad mental con una pizca de estrategia. ¡Y todo sin pantallas!
1. El Reloj
Objetivo: Descubrir todas las cartas siguiendo el orden del reloj.
Cómo se juega:
- Se utilizan las 40 cartas de la baraja española.
- Se reparten boca abajo en 13 montones de 4 cartas cada uno. El último montón, el número 13, se coloca aparte (no se corresponde a ninguna hora del reloj).
- Asigna a cada montón un número como si fuera un reloj (del 1 al 12), y el montón 13 será el de los «comodines».
- Comienza por el montón 13: das la vuelta a la carta superior y la colocas boca arriba al lado del montón. Luego, esa carta te indica a qué montón debes ir. Por ejemplo, si es un 7, vas al montón 7, y giras la carta superior de ese montón. Y así sucesivamente.
- El juego termina cuando hayas girado todas las cartas (¡has ganado!) o si en un montón te aparece una carta que ya estaba boca arriba (pierdes).
Entretenido y con un toque de misterio… ¡como un reloj bien afinado!
2. La Montaña
Objetivo: Ir eliminando parejas de cartas que sumen 10.
Cómo se juega:
- Usa la baraja completa (40 cartas).
- Coloca 4 filas de 5 cartas boca arriba (en total 20 cartas visibles).
- Busca dos cartas que sumen 10 (por ejemplo, 6 y 4, 7 y 3, etc.). Las figuras no cuentan (sota, caballo y rey). Retíralas del tapete.
- Cada vez que retires cartas, rellena los huecos con nuevas cartas del mazo.
- Continúa hasta que no puedas hacer más parejas.
Un ejercicio de observación y cálculo mental suave… ideal para mantener la mente despierta.
3. Las Cuatro Esquinas
Objetivo: Agrupar los cuatro palos de cada número.
Cómo se juega:
- Se baraja toda la baraja española y se reparten cuatro cartas boca arriba en forma de cruz.
- Si entre esas cartas hay dos o más del mismo número pero de distinto palo, retíralas del juego.
- Rellena los huecos con cartas nuevas del mazo.
- El objetivo es ir formando grupos de cuatro cartas con el mismo número pero diferente palo (copas, oros, bastos, espadas).
- El juego termina cuando logras juntar todos los cuartetos posibles… o cuando se te acaban las cartas.
Un juego sencillo pero adictivo.
Así es que ya sabes, que no te coja desprevenido y ten siempre una baraja cerca. Es ligera, no necesita batería y tiene el poder de entretenerte durante horas. Además, estos juegos no solo divierten: también estimulan la memoria, la atención y la agilidad mental, algo muy valioso a cualquier edad.