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A veces las personas nos preocupamos al sentir o notar que nuestras amistades, familiares o personas de nuestros círculos cercanos parece que cambian su actitud hacia nosotros cuando apostamos por algo nuevo en nuestras vidas que nos hace sentir bien pero que a su vez puede ser algo que nos diferencie de nuestra forma de ser habitual que ellos conocían.
No tiene porqué ser un cambio extraordinario, si no cualquier cosa que a ti te hace sentir mejor, alegre, motivada, algo nuevo que has descubierto que resulta que te hace sentir plena o simplemente que sientes curiosidad por temas que antes no te habían preocupado. Y así por ejemplo, puede que ahora a tus +65 hayas descubierto que te hace muy feliz asistir a conciertos de rock&roll y enfudarte chaquetas de cuero con tachuelas, o puede ser que te ha dado por un estilo saludable y te has hecho adepta de la «reancestralización» y ahora caminas descalza cada vez que pisas un parque o te da por poner bombillas rojas en toda tu casa para regular tus ritmos circadianos, o quizá te has interesado por temas como la geopolítica y piensan que te has vuelto loca…,vamos que sí, que parece ser que piensan que te has vuelto «rara», pero ¿eso te preocupa?
Pues has de saber que eso no te ha de preocupar, el problema no lo tienes tu si no ellos, el motivo es simple: les incomoda esa «nueva versión de ti», no están acostumbrados a ese nuevo tú, a tus nuevas inquietudes, a tus nuevas formas de cuidarte, a tu nueva forma de vestir, a tu nueva forma de sentirte feliz sin hacer daño a los demás, porque tu sigues siendo tu, tu personalidad para con los demás sigue siendo auténtica, y si a veces las personas que nos rodean deciden que ya no les gustas como antes, aun viendo que tu te sientes mejor y sufres menos, pues hay que respetarlos y dejarlos que decidan su cercanía a ti, porque tu en realidad sigues ofreciéndoles la misma amistad porque eso no cambia nada.
Tú eres tú y si te sientes bien contigo no tienes que cambiar solo por agradar a los demás.
