La vida está formada por etapas, de pequeños vivimos una fase de juegos, de entretenimiento, de pocas preocupaciones, así llegamos a la pubertad y tenemos que empezar a pensar en cosas más serias como qué vamos a estudiar para pensar en una dedicación que ocupe nuestras vidas, luego viene el conocer una pareja con la que realizar ese recorrido juntos y probablemente formar una familia con hijos para así formar un nuevo ciclo, a nuestros padres los haremos abuelos y posiblemente nuestros hijos nos harán abuelos algún día. Todo eso es lo más habitual aunque tampoco siempre es así, otras personas toman otras decisiones y se pueden plantear el modo de vivir su vida de otra manera o simplemente tener otras prioridades o expectativas de vida.
En este caso, vamos a analizar el caso más común que es el de los padres que un día deciden formar una familia, y así van realizando su crianza pasando por diferentes etapas y casi sin darse cuenta llega un día que se van…., ya no está ese «jaleo» por casa, para bien o para mal, más avenidos o menos avenidos, pero ya no están, de repente su «nido» se ha quedado vacío.
Para muchos padres suele ser un momento mentalmente complicado, parece ser que son las madres quienes sufren más esta angustia pero siempre digo que quizá los hombres tienen tendencia a «llevar la procesión por dentro» y lo sienten por igual, de repente es como si dejaran de tener ese digamos que «protagonismo protector», nos damos cuenta que ya no van a necesitar tanto nuestros consejos y opiniones, posiblemente otras personas (léase parejas) van a ocupar en una parte nuestro lugar, y nos damos cuenta de repente del vacío…de que ya no nos necesitan tanto como creíamos o que ya van a «volar solos» sin poder protegerlos, pero lo peor va a ser cuando llega la noche y la casa está más vacía, dejar de escuchar la llave en la puerta cada día cuando llega, etc… para muchas personas es un trago difícil que tardará más o menos en asimilar, pero sin embargo otros muchos no lo dramatizan así, al contrario, se sienten satisfechos, orgullosos de que sus hijos van a hacer su propia vida y se sienten bien por poder contemplar sus avances desde la distancia, a la vez que ahora pueden dedicar tiempo a sí mismos compartiendo a su vez con sus hijos sus nuevas aventuras mutuas.
Así es que lo ideal, es tomar nota de esos padres que se toman con filosofía y optimismo esta nueva etapa y seguir algunos de sus consejos:
1.Cambiar el «chip» unos días antes que los hijos se vayan, y empezar a pensar que ahora van a poner en práctica por sí mismos todos los valores que les hemos inculcado, alegrándonos por ellos y con buenas expectativas de que nos empiecen a contar su avances.
2.Anticiparse antes que se vayan a buscar y empezar a practicar nuevos hobbies o simplemente retomar aquello que ya nos gustaba hacer y por quehaceres familiares habíamos dejado de lado.
3.La misma semana de su marcha dar un cambio a su habitación, no se trata de tirar nada, si no de guardar todas las cosas que te traen recuerdos que te llevan a la melancolía, puedes comprar estanterías con almacenamiento para ir colocando todo ordenadamente para que se pueda encontrar fácilmente sin necesidad de tener continuamente a la vista.
4.Dar un cambio a la ubicación de los muebles, tampoco es necesario gastar en comprar muebles nuevos, pero sí darle otro aire, que sigan teniendo ahí su habitación para cuando vengan de visita pero sin que nos de una punzada en el corazón cada vez que entramos en ella. Poner la cama y el armario en distinta ubicación y cambiar el edredón así como las cortinas por otras totalmente distintas, y tampoco estaría mal darle un cambio al color de pintura. Aunque muchos crean que este gesto es muy «frío» en realidad es todo lo contrario, nos libera de una melancolía y tristeza innecesaria para darnos una sensación de positivismo ante la nueva etapa prometedora que comienzan nuestros hijos.
5.Hacer una lista con esos lugares de nuestro país que nos gustaría conocer y empezar a buscar en agencias de viajes nuevos destinos, escapadas de fines de semana o incluso viajes de larga distancia de esos que mientras los planeamos nos olvidamos de todo!.
6.Quedar con amistades o familiares para tomar algo, ir al cine, charlar, mantener la mente ocupada conversando con otras personas para así llegar a casa y recordar retazos de esas conversaciones mantenidas que te evitarán otro tipo de recuerdos más melancólicos.
7.Mantener los días ocupados de modo que cada día tengas una salida aunque sólo sea a hacer la compra, peluquería, ir a un museo, ir a dar un paseo, al cine, a tomar un café, hay tantas cosas ahí fuera para hacer!
8.Mantener el contacto telefónico con los hijos, pedirles que os envíen fotos de watsap de su vivienda, su trabajo, su nueva ciudad, eso nos traerá una nueva cercanía.
Se trata simplemente de sentir esta nueva etapa como algo lleno de planes y nuevas aventuras tanto para nuestros hijos como para nosotros mismos!
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